Sin conocer la misión destructiva de Sargeras sobre sus incontables trabajos, los Titanes continuaron moviéndose de mundo en mundo, dando forma y ordenando cada planeta como ellos creían. A lo largo de sus viajes repararon en un pequeño mundo al cual sus habitantes llamarían más tarde Azeroth. Cuando los Titanes hicieron su camino sobre la primitiva tierra, encontraron un número de hostiles “principios elementales”, que serían conocidos únicamente como los Dioses Antiguos, quienes querían echar a los Titanes de su mundo.
El Panteón, molesto por la inclinación de los Dioses Antiguos a hacer el mal, entabló una guerra contra los Elementales y sus oscuros maestros. Los ejércitos de los Dioses Antiguos eran dirigidos por cuatro poderosos lugartenientes: Ragnaros el Señor del Fuego, Therazane la Madre Roca, Al’Akir el Señor del Viento y Neptulon el Cazador de las Mareas (Los Cuatro Elementos). Sus caóticas fuerzas avanzaban por la faz de la tierra y chocaban con los colosales Titanes. Aunque los Elementales eran poderosos más allá de toda compresión mortal, sus fuerzas combinadas no pudieron detener a los poderosos Titanes. Uno por uno, Los Cuatro Elementos fueron cayendo y sus fuerzas fueron dispersadas.
El Panteón asedió las ciudadelas de los Dioses Antiguos y encerraron a los cuatro malvados dioses bajo la superficie de la tierra. Sin los Dioses Antiguos para conducir sus iracundos espíritus sobre el mundo físico, los elementales pasaron a un plano abismal, donde ellos se contendrían uno al otro por toda la eternidad. Con la partida de los elementales, la Naturaleza se calmó y el mundo entró en una pacífica armonía. Los Titanes observaron que la lucha había sido contenida e iniciaron su trabajo.
Crearon un número de razas para que les ayudaran a modelar el mundo. De las profundidades de las cavernas rocosas surgieron los Titánides, creados de la piedra viva. Para retirar los océanos y sacar la tierra firme, los Titanes crearon los inmensos pero gentiles Gigantes del Mar. Por muchas edades los Titanes modelaron la tierra, hasta que se formó un perfecto continente. En el centro del continente, crearon un lago de centelleantes energías primordiales. El lago, que sería llamado EL POZO DE LA ETERNIDAD, sería una fuente de vida para el mundo. Sus potentes energías conmoverían las raíces del mundo y la vida emergería sobre el fértil suelo. Con el tiempo, plantas, árboles y criaturas de toda especie empezarían a conquistar el continente. Cuando llegó el día final de sus labores, los Titanes nombraron al continente KALIMDOR, “La tierra de la eterna luz de las estrellas”.
Crearon un número de razas para que les ayudaran a modelar el mundo. De las profundidades de las cavernas rocosas surgieron los Titánides, creados de la piedra viva. Para retirar los océanos y sacar la tierra firme, los Titanes crearon los inmensos pero gentiles Gigantes del Mar. Por muchas edades los Titanes modelaron la tierra, hasta que se formó un perfecto continente. En el centro del continente, crearon un lago de centelleantes energías primordiales. El lago, que sería llamado EL POZO DE LA ETERNIDAD, sería una fuente de vida para el mundo. Sus potentes energías conmoverían las raíces del mundo y la vida emergería sobre el fértil suelo. Con el tiempo, plantas, árboles y criaturas de toda especie empezarían a conquistar el continente. Cuando llegó el día final de sus labores, los Titanes nombraron al continente KALIMDOR, “La tierra de la eterna luz de las estrellas”.
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